La osteopatía es una disciplina que pone especial atención a la estructura y al equilibrio bio-mecánico del cuerpo.

En cualquier estadío de la afección, la osteopatía facilita los mecanismos de autorregulación que permiten que el cuerpo se recupere y consiga la normalización de las funciones alteradas, lo que se traduce en disminución de los síntomas y reencuentro con el estado de salud.

Es por estas razones que la osteopatía, en un contexto de abordaje holístico, promueve o recupera el equilibrio de los tejidos corporales con técnicas manuales indoloras.

A través de la anamnesis, inspección y exploración el terapeuta encuentra las alteraciones en la movilidad de las estructuras responsables de la aparición o mantenimiento de la enfermedad.

Una vez realizado el diagnóstico, el terapeuta a través de sus manos procede al tratamiento, que consiste en la liberación de las alteraciones responsables de los problemas del paciente.

La Osteopatía fue estructurada a finales del siglo XIX, en los Estados Unidos por Andrew Taylor Still.

No es, pues, una ciencia nueva. Still, médico y cirujano, fue el primero en poner en evidencia las interrelaciones que existen, por una parte entre el sistema músculo-esquelético y los otros sistemas orgánicos, y por otro lado, entre la movilidad y la libertad de esos distintos sistemas y la salud del hombre.